Solemnidades 2
Enjuiciar está buenísimo. Por un momento puedo subirme al estrado y ser "juez" aunque sea del rendimiento del DT de un equipo de futbol. El juicio también es cómodo. Nadie puede discutirme. Soy Juez, y estoy a merced únicamente de una instancia superior. Mi enjuiciado no tiene defensa frente a mi juicio.
Así nos comportamos la mayoría de las veces.
Como superiores al otro. Como jueces del que está al lado. Jueces, solemnes, necios, enemigos de la discusión constructivas. Violentos verbales, mandamases lingüísticos. Críticos acérrimos de la nada.
¿Honestamente? Un poco imbéciles, diría yo. Dicho esto mirándonos en un sincero espejo, y con un poco de cariño.
¿Mi deseo en estas Fiestas que tanto detesto? Que aprendamos a trabajar juntos. Que nos demos cuenta de una buena vez que a Dios, al menos que yo sepa, nadie lo tiene agarrado de los cojones como para poder erigirse en Dueño Absoluto de la verdad Universal. Y que la Verdad Universal es aquella que contiene el Universo del cual Vos y Yo somos parte. O sea, ñato. Para que quede clarinete con bombete: La Verdad no es ni más ni menos que una construcción colectiva.
Felices Fiestas, chango. Salú
No hay comentarios:
Publicar un comentario