sábado, 22 de diciembre de 2012

Solemnidades 1


Solemnidades.

Una solemnidad es una celebración litúrgica. Para la Iglesia Católica, es una celebración que recuerda la importancia del hecho que se conmemora. Hablamos, claro está, de un hecho de Fe. El mismo debe ser vivido con esperanza y caridad.



Secularizada, la solemnidad cobró otro significado. Eliminó el carácter festivo, suprimió lo espiritual y tiñó la cosa de una pátina de seriedad. Una apariencia sobre un contenido vacío.

Personalmente, siento así a la "solemnidad argentina". En honor a la seriedad, tenemos la manía de hacer o decir cosas supuestamente "solemnes", que no son otra cosa que meras formalidades vacías de contenido.

Debe notarse que somos serios. Y nada más serio que los juicios. Será por eso que tenemos la maldita costumbre de, queriendo ser solemnes y decir algo serio (y por ello trascendente) de emitir juicios a troche y moche, como si salieran escupidos por una verborrágica y solemne máquina de hacer chorizos.




Emitimos juicios pomposos, serios, más o menos grandilocuentes. Pero eso sí, muy solemnes. Argumentamos a favor y en contra, solemnemente. Pero nos olvidamos que el juicio no permite discusión. Uno no discute, al menos en esa instancia, un juicio emitido. Tiene necesariamente que recurrir a un "nivel superior".

Nos hemos vuelto endiabladamente expertos en emitir juicios. Acompañados con un lenguaje en segunda persona, muy común sobre todo en organizaciones. Es raro encontrar a alguien diciendo "yo opino que..." "me parece que..." "creo en.....". Por el contrario, es más común encontrar frases del tipo "Usted es..." "En este país de...." "Vos sos...." "Vos me...."



Así expresado, le damos al otro un poder del cual no podemos salir. "Vos me asustas" "Vos sos un hijo de puta" "Acá son todos chorros", por ejemplo. Es decir que el otro siempre va a asustarme, sin importar lo que haga. El otro siempre va a ser para mí un hijo de puta, sobre lo cual no puedo construir nada. Acá siempre van a ser chorros, sin darme cuenta que yo también vivo aquí, y que soy parte del problema de afano, y me excluyo discursivamente de la solución.

En parte es cómodo emitir juicios edulcorados con mensaje en segunda persona. Nos hace quedar como gente pensante, da aires de seriedad, y definitivamente pasamos por personas serias, solemnes, si así nos expresamos. El punto es que, como dice el tango, es todo pura espuma,pura pinta. Por adentro, seguimos vacíos y sin poder encontrar soluciones.....

En parte, nos va como nos va porque tenemos la responsabilidad de que así nos vaya. EN épocas de "Felices Fiestas" y de tanta solemnidad findeañera, un humilde aporte a un equilibrio un poquitín más sano.

Salutte, hermano. Felicidades.

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